Un grupo de 41 estados y el distrito de Columbia presentó el 24 de octubre una demanda contra Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram, WhatsApp y Messenger, alegando que la compañía utilizó deliberadamente características de sus plataformas para provocar que los niños las usen de manera compulsiva.
A pesar de que la empresa señaló que sus sitios de redes sociales eran seguros para los jóvenes, los estados argumentan que Meta ha aprovechado tecnologías poderosas para atraer, involucrar y atrapar a jóvenes y adolescentes, con el móvil de lucrar.
Las acusaciones de la demanda plantean un tema más profundo sobre el comportamiento: ¿los jóvenes se están volviendo adictos a internet y las redes sociales? Expertos sugieren que el atractivo magnético de las redes sociales se debe a la forma en que los contenidos responden a nuestros impulsos y conexiones neurológicas, haciendo difícil que los usuarios se aparten de la corriente de información que les llega.
David Greenfield, psicólogo y fundador del Centro de Adicción a Internet y la Tecnología de West Hartford (Connecticut), explica que las tácticas como el "refuerzo intermitente" y la adaptación de contenidos a intereses y gustos específicos hacen que las redes sociales sean altamente atractivas. Greenfield destaca que los jóvenes corren un riesgo especial debido al desarrollo no completo de las regiones cerebrales de resistencia a la tentación y recompensa.
Meta respondió a la demanda argumentando que ha tomado medidas para apoyar a las familias y adolescentes, expresando decepción por la elección de los fiscales generales de presentar la demanda en lugar de trabajar con la industria para establecer normas claras y adecuadas a la edad.
Los expertos discrepan sobre el término "adicción", prefiriendo términos como "uso problemático de los medios de comunicación en internet". Aunque reconocen la utilidad esencial de internet, advierten sobre casos en los que el uso excesivo interfiere con la escuela, el sueño y otros aspectos esenciales de la vida cotidiana.
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