Un zoológico en la ciudad de Taizhou, China, ha generado indignación entre sus visitantes luego de exhibir perros pintados de blanco y negro, haciéndolos pasar por pandas. La controversia estalló cuando los asistentes notaron que los supuestos pandas bebés actuaban de manera inusual, revelando su verdadera identidad.
Inicialmente, el zoológico promocionó la exhibición como una oportunidad única para ver pandas, lo que atrajo a numerosas personas interesadas en observar a estos icónicos animales nativos de China. Sin embargo, la sorpresa y el descontento se apoderaron de los visitantes al descubrir que los animales en exhibición no eran pandas genuinos, sino perros de raza Chow Chow que habían sido manipulados para parecerse a los osos.
Los perros, pintados meticulosamente para imitar la apariencia distintiva de los pandas, presentaban pequeñas patas y una trompa alargada, lo que inicialmente confundió a los espectadores. La revelación de esta artimaña provocó acusaciones de fraude y maltrato animal hacia el zoológico.
Los visitantes expresaron su preocupación por el bienestar de los perros, señalando que la pintura utilizada podría ser tóxica y representar un peligro para la salud de los animales. Ante las crecientes críticas, el zoológico finalmente admitió que la exhibición era una farsa publicitaria.
Según informes del medio chino Jiupai News, los representantes del zoológico argumentaron que la decisión de pintar a los perros como pandas se tomó para atraer a más visitantes, ya que el recinto no tenía la capacidad para albergar a verdaderos pandas.
Respecto a las acusaciones de maltrato animal, defendieron su posición afirmando que las prácticas no constituían abuso, comparando la pintura de los perros con la coloración del cabello humano.
El escándalo ha avivado el debate sobre la ética en la exhibición de animales en zoológicos, destacando la necesidad de proteger el bienestar de los animales y garantizar la transparencia en las prácticas de entretenimiento animal.
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