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Popotes de papel y bambú también podrían ser dañinos para el medio ambiente y la salud humana.

Científicos en Bélgica han descubierto que los popotes de papel y bambú, a menudo considerados opciones más amigables con el medio ambiente, podrían no ser tan benignos como se creía. Además, han seleccionado que estos utensilios podrían contener sustancias químicas tóxicas perjudiciales para los seres humanos.

Popotes de papel
A raiz de la prohibición del popote de plástico en algunos países los de papel fueron la mejor opción.

De acuerdo con un informe presentado por Health News, los investigadores han identificado la presencia de "químicos permanentes" en los popotes de papel y bambú, lo que no disminuye la contaminación ambiental como se esperaba.


Estos químicos han sido identificados como PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas), que tienen la capacidad de resistir manchas, grasa y agua, siendo ampliamente utilizados en productos de consumo como envolturas de alimentos, cosméticos, alfombras, muebles y textiles impermeables.


El estudio belga, dirigido por el científico ambiental Thimo Groffen, ha encontrado que 18 de las 20 marcas de popotes estudiadas contenían PFAS, lo que equivale a un 80% de los casos. Estos compuestos químicos, que persisten en el aire, el agua y el suelo, podrían estar asociados con problemas de salud humana, incluyendo bajo peso al nacer, colesterol alto, enfermedad de la tiroides y un mayor riesgo de desarrollar cáncer de riñón e hígado.


A pesar de estos hallazgos, los expertos enfatizan que el riesgo individual derivado del uso ocasional de estos popotes no es elevado. No obstante, sugiere que reducir la exposición a los PFAS es lo más prudente. Otros productos que contienen PFAS en mayor cantidad que los popotes de papel y bambú son los envases de bebidas, envases para llevar a casa y bolsas de palomitas de maíz para microondas.


A la vista de estos descubrimientos, Keith Vorst, director del Consorcio de Protección de Polímeros y Alimentos de la Universidad Estatal de Iowa, indica que la transferencia de PFAS desde el empaque a los alimentos y bebidas es mínima si no hay un contacto prolongado.


Para sustituir a los popotes de plástico, papel y bambú, se recomienda el uso de pajitas de acero inoxidable o incluso optar por no utilizar popotes en absoluto. Estos hallazgos subrayan la importancia de una evaluación minuciosa de las alternativas antes de considerar las opciones verdaderamente amigables con el medio ambiente y la salud.

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