En un inusual movimiento que ha causado controversia, el restaurante Toccoa Riverside, ubicado en el norte de Atlanta, ha decidido tomar medidas drásticas para garantizar un ambiente de paz y comodidad para sus comensales. El restaurante ha implementado una tarifa extra dirigida a padres cuyos hijos no se comporten adecuadamente durante su visita.
El restaurante, que busca ofrecer un ambiente tranquilo junto a un río, ha tomado la iniciativa de cobrar una tarifa adicional a los adultos "incapaces de ser padres". Aunque inicialmente la noticia parecía inverosímil, tras investigar y visitar la página del restaurante, se confirmó la veracidad de esta inusual política.
Aunque en el menú no se especifica el monto de la tarifa adicional, algunas reseñas en línea sugieren que el cargo es de 50 dólares por el mal comportamiento de los niños. Esta medida ha generado una gran cantidad de opiniones divididas entre los comensales y la comunidad en general.
El restaurante Toccoa Riverside también ha informado a los clientes que pueden aplicarse comisiones adicionales por el servicio a grupos grandes y por pagar en cuentas separadas. Además, advierte que no atenderán a clientes que no sean amables y respetuosos con el personal del restaurante.
La controversia radica en la interpretación de qué constituye un "mal comportamiento" de los niños. Algunos clientes han expresado su descontento, afirmando que el restaurante exagera al determinar cuándo un niño está siendo problemático. Han alegado que, en ocasiones, el gerente ha sido grosero al cobrar la tarifa adicional incluso cuando los niños se comportaban de manera adecuada.
Algunas reseñas reflejan la frustración de los padres que se han sentido afectados por esta política.
Un cliente comentó:
"El dueño salió y me dijo que estaba agregando 50 dólares a mi factura debido al comportamiento de mis hijos. Mis hijos miraron una tableta hasta que llegó la comida, comieron su comida y mi esposa los llevó afuera mientras yo esperaba y pagaba la cuenta".
Otro cliente manifestó:
"Si tienes niños, no te recomiendo que vayas. El dueño fue tan grosero con mis nietos que hizo llorar al niño de tres años. Les dijo que si se sentaban junto al río tenían que estar callados. ¿Qué tipo de dueño le habla a sus clientes así? Nunca volveré".
Esta inusual política del restaurante Toccoa Riverside ha suscitado un acalorado debate sobre los límites del comportamiento de los niños en lugares públicos y la adecuación de este tipo de medidas extremas para abordar el problema.
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