La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) se encuentra evaluando un paso trascendental en la regulación de aditivos alimentarios en Estados Unidos: la posible prohibición de colorantes rojos sintéticos como el Rojo Número 40 y el Rojo Número 3, presentes en numerosos productos alimenticios.
Reevaluación de seguridad tras más de una década
Durante una reciente reunión en el Senado, Jim Jones, subcomisario de alimentación humana de la FDA, destacó que la seguridad del colorante Rojo Número 40 no ha sido reevaluada en más de diez años. Paralelamente, la FDA analiza una solicitud para revocar la autorización del Rojo Número 3, un colorante derivado del petróleo que otorga un tono cereza brillante a alimentos y bebidas.
Frank Pallone Jr., congresista demócrata por Nueva Jersey, instó a la FDA a actuar rápidamente, señalando los crecientes riesgos a la salud asociados al Rojo Número 3. Este colorante fue prohibido en 1990 para su uso en cosméticos y medicamentos tópicos debido a su potencial carcinogénico, pero continúa siendo permitido en alimentos, lo que ha generado controversia entre defensores de la salud pública.
¿Qué está en juego?
El Rojo Número 40, aprobado por la FDA en 1971, es uno de los colorantes más utilizados en Estados Unidos. Sin embargo, enfrenta críticas crecientes por sus posibles efectos negativos, especialmente en niños, como impactos en la actividad y la atención. En contraste, en la Unión Europea, este colorante y otros similares requieren etiquetas de advertencia sobre sus efectos potenciales.
Decisión en el horizonte
Se espera que la FDA tome una decisión en las próximas semanas, lo que podría transformar las regulaciones actuales de los aditivos alimentarios en el país. De aprobarse la prohibición, marcaría un avance significativo en la protección de la salud pública frente a los riesgos asociados a los colorantes sintéticos.
Esta posible prohibición también podría generar un impacto en la industria alimentaria, que tendría que reformular productos para eliminar estos aditivos. Mientras tanto, los consumidores siguen atentos a los cambios que podrían redefinir los estándares de seguridad alimentaria en Estados Unidos.
Comments