En un giro legal significativo, el juez de distrito estadounidense James Selna ha rechazado las solicitudes de Hyundai y Kia para desechar un litigio presentado por cientos de aseguradoras que buscan recuperar más de mil millones de dólares.
Las aseguradoras alegan que las dos compañías automotrices son responsables de vehículos robados o dañados en una ola de robos impulsada por las redes sociales, donde solo se necesitaba un simple cable USB para cometer los delitos.
La decisión del juez destaca un rechazo directo a la argumentación de Hyundai y Kia, quienes afirman que permitir a las aseguradoras recuperar costos era injusto, ya que estas ya habían cobrado primas y asumido riesgos relacionados con el robo. Además, el juez rechazó la afirmación de que las compañías no identifican específicamente a los conductores afectados.
El magistrado respaldó los argumentos de las aseguradoras al señalar la ausencia de dispositivos antirrobo en 14,3 millones de vehículos fabricados por Hyundai y Kia entre 2011 y 2022. A pesar de las afirmaciones de seguridad por parte de los fabricantes surcoreanos, el juez Selna demostró que la falta de medidas antirrobo hacía previsibles los robos, describiéndolos como una "consecuencia predecible" de las acciones de Hyundai y Kia.
En reacción a la decisión, Hyundai expresó su decepción y manifestó la esperanza de un eventual despido del caso. La compañía afirmó que sus concesionarios han instalado software antirrobo en más de un millón de vehículos. Por su parte, Kia mantuvo su confianza en que los reclamos legales carecían de fundamento, asegurando que sus vehículos cumplen con los estándares federales de seguridad y protección contra robos. Ambas compañías indicaron estar colaborando con las autoridades en asuntos relacionados con los robos.
Este revés legal plantea un desafío significativo para Hyundai y Kia, ya que el litigio continuará, permitiendo a las aseguradoras avanzar en sus esfuerzos por recuperar costos relacionados con los vehículos robados en la ola de delitos impulsados por las redes sociales. El desarrollo de este caso será seguido de cerca por la industria automotriz y los consumidores.
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