El primer amor es un sentimiento que deja una huella imborrable en la memoria y el corazón de las personas. Según una investigación reportada por EL ESPAÑOL, este tipo de romance inmaculado nutre la inspiración de artistas en canciones, novelas, cuadros y poemas. Es una conexión que se cree irrompible y que se caracteriza por una intensidad emocional única.
La antropóloga Helen Fisher, de la Universidad de Rutgers, explica que este amor inicial se destaca por la excesiva felicidad, éxtasis y desazón que provoca. Se trata de un fenómeno físico, ya que está relacionado con la liberación de hormonas en nuestro organismo. De hecho, se compara el efecto del desamor con el síndrome de abstinencia de drogas adictivas debido a la presencia de hormonas como la dopamina y serotonina.
La explicación de este fenómeno se extiende más allá de lo racional y lo emocional. Según la antropóloga, existe una zona del cerebro llamada Área Ventral Tegmental o VTA que se activa durante el primer enamoramiento. Esta área también está vinculada a otros impulsos físicos como el hambre, la sed y la necesidad de buscar refugio. Además, se asocia con el mecanismo de recompensa y genera hormonas poderosas cuando hay contacto físico con la persona amada.
El hecho de formar un recuerdo no es algo mágico, sino que se trata de una red de células que trabajan juntas para proporcionarnos una experiencia consciente de recordar. Estas células refuerzan los circuitos neuronales del cerebro a través del placer y del dolor, lo que nos lleva a querer repetir experiencias placenteras y evitar las desagradables.
Sin embargo, algunas personas pueden quedar atascadas en ese recuerdo del primer amor, impidiéndoles enamorarse de alguien nuevo. Para superar esta situación, los expertos recomiendan recurrir a una terapia psicológica, ya que otro disparo de hormonas puede ser la clave para superar el trauma emocional.
Es importante distinguir entre añorar a alguien y echar de menos la sensación que se tenía con esa persona. La nostalgia por el primer amor es gestionable, pero no podemos alterar nuestro organismo para recrear esa misma sensación. Lo mejor es reconciliarnos con el pasado y seguir adelante, aunque manteniendo ese poso nostálgico que inspira a artistas y escritores a plasmar su experiencia en obras de arte.
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